Creo que siempre me he parecido a este bicho... y no en que sea azul como os imaginaréis, sino, en que me encantaba deborar galletas: tosta-rica, chips ahoy, príncipe... en fin!
Siempre le he tenido mucho cariño a este bichín... lo tengo en peluche miniatura, lo regalé el día de mi boda a unos futuros papás y ¿cómo no? mi particular honor hacia él, es hacerle este monumento comestible y comérmelo con las mismas ganas con las que él debora galletas.
Fue otro detalle para unos amigos y creo que también gustaron. Como siempre les di el toque de nube de algodón, aunque os prometo que para la siguiente publicación de cupcakes, os haré crema de queso y chocolate para que conozcáis otro estilo.
Mientras tanto, os dejo unas fotos de los monstruítos en grupo, individualmente y en la cajita para que no se me escaparan... ¡y no lo hicieron!
Actualmente han pasado todos a mejor vida... y con mucho disfrute para nuestro paladar!
M'encanten!!! La presentacio inmillorable!!! Felicitats!!!
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